domingo, 27 de abril de 2014

ARE YOU A LOSER? LA IRA ARTÍSTICA DE CARMINA RAMIREZ BELMONTE




ARE YOU A LOSER?  
LA IRA ARTÍSTICA DE CARMINA RAMÍREZ 

Por Andrés García Cerdán




Juntos, perfiles con fondo rojo
 © Karmina Ramírez Belmonte



Los tiempos que corren han traído a nuestras vidas la idea de que el dinero es el único dios digno de alabanza, y que está por encima de todo. Es sorprendente, sin embargo, que este materialismo asfixiante y banal que nos rodea se esté traduciendo artísticamente, en algunos valiosos casos, en una óptica creativa que hace del arte un lugar donde existir y un modo auténtico de mirar y ver críticamente la realidad. Este arte –que podríamos llamar urbano, out of tune, underground– nos defiende de las agresiones del mundo y nos despierta a una conciencia verdadera de la realidad. Es el caso de Carmina Ramírez, quien en <I'm a loser, baby, so why don't you kill me?>, en una veintena de tablas de pequeño y gran formato, hace repaso simultáneo del desasosiego y el placer, el amor y el desencanto desde una mirada irónica, directa, lúcida. Su afán artístico está fuera de modas o corrientes. Pinta porque siente el impulso de expresarse desde la pintura como ejercicio de lectura íntima y como denuncia de las abrasiones emocionales a que nos expone la sociedad contemporánea. Desde un planteamiento próximo al pop art y al expresionismo, desde una naturalidad esencial, Ramírez exprime la esponja de los sueños y las desilusiones, las miradas vivas, la confusión, la ternura, la fuerza y la delicadeza. En su discurso artístico no cabe lo decorativo, lo academicista, lo convencional. Lo políticamente correcto ha sido desterrado de su paleta de pintora. No hay aplauso vacío a escuelas ni reverencias a la pulcritud o el buen gusto. Menos pasajero y más profundo es su mensaje: el arte es el arma con la que se desarma de una vez por toda la realidad social y emocional en que crecemos como persona. El arte ha de establecer con toda su fuerza y todo su arrojo un orden que no pertenezca a los órdenes vacíos, futiles, esclavos de los mercados. Hay –parece decir Carmina– algo mucho más importante: la búsqueda de la expresión que nos permita ser quienes somos; la búsqueda del trazo que sea capaz de describir nuestro verdadero rostro. Con una vocación decidida de denuncia social y espiritual, Carmina Ramírez se acuerda en esta exposición de todos aquellos a quienes el sistema ha olvidado en la acera de los débiles. Desde la ira artística, se ocupa de recordarnos cuáles son las grandes carencias de este mundo del bienestar. La burbuja de los deseos occidentales ha reventado. Su explosión, como la de cien bombas atómicas, se debe oír -y escuchar- sobre todo dentro de nosotros. La sensibilidad no es una cuestión burguesa de acomodo o buen juicio. La rabia solo se puede trazar con el flujo visceral de las emociones sobre el lienzo. Así queda escrita la canción incendiaria de la mujer del siglo XXI, con una voz que no debe olvidarse y que tiene tanto que decir. ¿Eres tú un perdedor, una perdedora? ¿Te has vendido al sistema? ¿Te rindes a las reglas sucias del juego? Ella, desde luego, no.



En la cama con Picasso
 © Karmina Ramírez Belmonte




"I'M A LOSER BABY, SO WHY DON'T YOU KILL ME? Sobre mis dibujos. Karmina Ramírez"




El título de la exposición hace referencia a todos los que nos quieren sacar de la rueda social, los que no somos productivos, los que no valemos, a los primeros que nos hubieran metido en una cámara de gas: a los parados de larga duración, a los de más de 45 años, a las mujeres con cargas familiares que no saben conciliar, a las madres solteras, a las embarazadas pobres, a las embarazadas jóvenes, a las personas preparadas de más, a las que le sobran títulos, a las que le faltan, a los que le sobran años, a los que les falta experiencia, a los enfermos crónicos, a los enfermos pobres, a los que son de fuera…en definitiva a todos los que no nos ven y nos olvidan, a todos los que no nos veis y nos olvidáis. No me he reinventado, simplemente pinto lo que quiero, lo que me apetece y lo que necesito expresar. 



Juntos, perfiles con fondo naranja
© Karmina Ramírez Belmonte



Y ahora estoy enfadada, muy enfadada, mi ira no me deja centrarme en puntos de fuga, ni en proporciones, ni en ángulos de visión, ni en perspectivas oblicuas ni rectas, ni en pinceladas suaves, ni en trazos cuidadosos y estudiados, ni en círculos cromáticos. Estoy furiosa y lo único que puedo y quiero es apretar tan fuerte los pinceles, rotuladores y lapiceros que desgarre cada uno de los lienzos que utilice. No llegará a tanto mi furia. Mi tormento se sacia con los brochazos toscos y brutos. Es una pintura totalmente emocional que surge de los pensamientos que rondan en mi cabeza desde hace varios meses. Hay un trabajo previo, unos bocetos que son igual de furiosos pero más pequeños, donde de forma instantánea, plasmo la idea que tengo en la cabeza y que posteriormente traslado al dibujo final. Estos bocetos no siempre son dibujados, también son escritos con unas líneas, que al releerlas me lleva a ir como un huracán hacia el pincel. En este trabajo previo, donde se juega al ensayo-error, quedan cientos de láminas inacabadas, emborronadas en una caja de cartón. La caja de los dibujos imposibles. De todos ellos sólo son unos pocos los que ven la luz. Los que hoy he querido mostrar en esta exposición. En mis últimos trabajos, los personajes estaban alegres, acompañados, vestían colores puros y vivos, mis bonecos se divertían aunque tuvieran siempre el punto nostálgico y triste que me caracteriza. Los personajes de ahora, que han nacido en este último año, no se divierten, están tristes, desorientados y desesperados. Reflejan lo que siento, lo que percibo en mi alrededor, en este país, en este mundo que se desmorona y que no queremos reconocer. La mujer tiene siempre en mis obras una importancia muy grande, vivo en un hogar matriarcal, marcado por los grandes temperamentos de las mujeres que me rodean: familiares, amigas y enemigas. No creo en un mundo de mujeres o en un mundo de hombres, pero me siento más cómoda y libre representando a mujeres. Los ojos son un elemento importante en mi obra, tanto si están abiertos como cerrados, los ojos abiertos miran, intimidan, preguntan que ha pasado, miran directamente, sin miedo. Los bonecos con ojos cerrados, están cansados, abatidos, soñando e evitando la realidad. 
 

En esta exposición predominan el color negro, y amarillo-naranja, son colores directos, que embrutecen el trazo y me permiten expresar mi cólera de una manera más firme. En el proceso de creación, un tanto catártico y obsesivo necesité estos dos colores, la oscuridad y la luz para desarrollar mis ideas. Es una colección que surge del nervio, del cuestionamiento de lo que me rodea, pero no es una colección triste y ni dolorosa, es una colección que cuenta cosas: una pareja que se quiere y se mira y se basta, una muñeca hinchable que representa a la Nada, una virgen embarazada de su segundo hijo, unas mujeres clónicas, una persona libre que se deshace de su atadura, una persona que con su propia fuerza centrífuga sale hacia delante, María esperando su turno en el médico con Jesús en brazos, un malabarista del corazón y una madre amorosa. La semilla de esta exposición es el inconformismo y en el resultado la cólera se transforma en ironía y juega con el espectador. Le invita a buscar en cada uno de mis dibujos la historia que hay detrás. Una historia hecha a medida para cada una de las personas que quieran conocerla. Una historia hecha para ti.

 Karmina Ramírez Belmonte





Fuerza centrífuga
© Karmina Ramírez Belmonte